Niveles de toxicidad de los conservantes utilizados en las fórmulas para el cuidado de los ojos: Una cuestión de equilibrio


La toxicidad de un componente viene definida por la cantidad utilizada en el preparado; así, ciertos conservantes pueden resultar muy tóxicos en concentraciones altas y ser inofensivos en bajas concentraciones. La clave está en definir cuál es la cantidad necesaria para que el conservante cumpla su función y en qué medida esta cantidad puede ser tóxica.

Según la bibliografía se pueden definir tres categorías de conservantes:

1

Conservantes con alto nivel de toxicidad

En esta categoría podrían incluirse conservantes como el Timerosal y el Cloruro de Benzalconio (BAK), ya prácticamente desaparecidos de las formulaciones destinadas a entrar en contacto con el ojo.

2

Conservantes con muy bajo nivel de toxicidad (escasamente irritantes)

En este grupo aparecen conservantes como el Polyquaternium y la Polihexametilenbiguanida (PHMB). Su eficacia y seguridad está avalada por ensayos de seguridad biológica que demuestran que no son citotóxicos, ni irritantes. Resultan muy eficaces en cantidades muy bajas y por ello se llevan utilizando en formulaciones que entran en contacto con el ojo desde hace décadas con muy buenos resultados.

3

Conservantes de toxicidad nula

Se incluyen en esta categoría el Clorite y el Peróxido de Hidrógeno, que tienen una eficacia muy alta y resultan inocuos en pequeña cantidad porque desaparecen al entrar en contacto con el ojo.