La sequedad ocular es un trastorno multifactorial de la lágrima y la superficie ocular producido por un descenso de la secreción acuosa o un exceso de evaporación.
La mayoría de los expertos aceptan clasificar el trastorno de ojo seco en cuatro niveles.
Los casos de sequedad ocular de grado 1 y 2 pueden mejorar con el uso de gotas lubricantes, con lavados oculares diarios, con preparados que contienen fosfolípidos, etc. Los pacientes con grado 3 y 4 deben ser derivados a un oftalmólogo.
Sequedad ocular grado 1 (normal - medio)
En este grupo se incluyen principalmente personas que están sometidas a circunstancias ambientales adversas, quienes trabajan un tiempo prolongado con el ordenador, etc.
Para estos casos es recomendable el empleo de gotas humectantes para restaurar el equilibrio de la lágrima, así como del baño ocular, que limpia e hidrata la superficie del ojo.
Sequedad ocular grado 2 (medio - moderado)
Se trata de personas con un problema de sequedad más continuado en el tiempo y que requieren un tratamiento específico libre de conservantes. Puede estar afectada la capa lipídica (sequedad ocular hiperevaporativa), la capa acuosa o a veces ambas, por lo que es recomendable un tratamiento acorde con cada uno de estos casos.